Esponsales de Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV
BarbastroDenominación: Esponsales de Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV
Localización: Barbastro, Comarca Somontano de Barbastro (Huesca)
Fecha: Mediados de agosto
Periodicidad: Anual
¿Leyenda o HISTORIA?
El testamento de Alfonso el Batallador y la posterior sucesión a los reinos de Aragón y Navarra, con el compromiso con el Conde de Barcelona, son los principales ejes de los Esponsales de Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV.
La leyenda se centra en los personajes del Rey Ramiro II, el Monje, la reina Petronila, además de en el testamento del Rey Alfonso el Batallador.
Conocido como el Monje, el Rey Ramiro II se vio obligado a asumir su responsabilidad como heredero al trono a la muerte de su hermano, frente al desprecio por parte de la nobleza debido a su formación monástica. Reinó con mano firme y sofocó varias revueltas, entre ellas la que encarnaron sus propios nobles que dio lugar a la conocida leyenda de la Campana de Huesca.
Pero sobre todo, quiso asegurar la continuidad dinástica. Para ello, en 1135 se casó con la francesa Inés de Poitiers que, un año después, en junio de 1136, alumbraría a una hija, doña Petronila. Para mantener la dinastía la comprometió en matrimonio y entregó como dote el Reino de Aragón. El elegido fue Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona. Ramiro II dejó el reino y se retiró a San Pedro el Viejo en Huesca.
El destino de Petronila estaba escrito antes de nacer: una mujer no podía ejercer el poder real, pero sí transmitirlo y eso es lo que se esperaba de ella. Comprometida con Ramón Berenguer con apenas un año, al alcanzar los 14 contrajo matrimonio y a los 16 tuvo a su primer hijo. Dictó entonces un testamento en el que se establecía que su esposo sólo sería rey de la Corona de Aragón si no hubiera hijos vivos de ambos y, aunque su primogénito falleció, la reina dio a luz a Alfonso, Dulce, Pedro y Sancho. A la muerte de su esposo en 1162, queda como regente a la espera de la mayoría de edad de su hijo; dos años más tarde se retira a Besalú, en Gerona, donde muere en 1173.
En 1134, la muerte del rey Alfonso el Batallador, hijo de Sancho Ramírez y nieto de Ramiro I, abrió un panorama inédito y desconcertante. En su testamento Alfonso el Batallador, al no tener descendencia, decide contravenir el derecho navarroaragonés y dejar los reinos de aragoneses y pamploneses, a partes iguales, a dos órdenes religiosas, el Hospital de San Juan de Jerusalén y el Santo Sepulcro, y a una orden militar, los Pobres Caballeros de Cristo: los Templarios.
Los nobles consideran el testamento irrealizable y solo coinciden en que el reino necesita un rey. En Navarra elegirán a García Ramírez, el Restaurador. En Aragón, su sucesor natural debería ser Ramiro, hermano del fallecido, y obispo de Barbastro – Roda.
La Historia
En Barbastro se celebran las dramatizaciones históricas que acercaran al público unos acontecimientos históricos apasionantes: la muerte de Alfonso el Batallador, las tensiones y traiciones en un reino que se ha quedado sin rey, la estrategia de Ramiro y el acuerdo con Berenguer. Los artistas representarán “Yo soy Petronila, reina de Aragón”, que narra los momentos más intensos de su vida: antes de contraer matrimonio, pariendo a su primer hijo y poco antes de morir.
Se representan también “Del testamento del rey Alfonso a los esponsales” y “Los preparativos de la Corona” en el Mercado Medieval, con la participación de comerciantes y artesanos. La feria se ubica en el centro peatonal de la ciudad, en un escenario en el que se hace un importante esfuerzo para engalanarlo.
En el Mercado, durante todo el día, se realizan talleres y actividades de animación, así́ como exposiciones de instrumentos quirúrgicos y de tortura, armas, y esculturas de la colección de los hermanos Blázquez.
Por la noche, la plaza de la Candelera acoge la representación de los esponsales en tres escenas, con música en directo.
En la plaza sur del Museo, se desarrolla el Recital Poético “Petronila, reina de trovadores”. Se leen poemas en recuerdo a la reina niña.
En el mes de agosto Barbastro regresa a la Edad Media para recrear el acto de los Esponsales de Petronila de Aragón con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona.
Los esponsales de Petronila es un interesante producto cultural ajustado en las causas que llevaron a ese tipo de capitulaciones matrimoniales y que tiene como eje central las dramatizaciones de las escenas más importantes.
Este acto hace un retroceso hacia el 11 de agosto de 1137, cuando en la plaza la Candelera de Barbastro se firmó el acto esponsalicio entre el rey de Aragón Ramiro II con el Conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, en él se acordaba un compromiso matrimonial entre la hija del rey de Aragón con el Conde.
Un compromiso del cual saldría más adelante la Corona de Aragón y su primer monarca, el rey Alfonso II.
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