Fiestas del primer Viernes de Mayo

La leyenda cuenta cómo el Conde Aznar para proteger al pueblo jacetano, salió al encuentro del ejército musulmán que se había situado en las afueras de la ciudad en lo denominado “Campo de las Tiendas”.

Las mujeres e hijos que habían quedado protegidos en la Jaca amurallada, al ver que sus familiares no regresaban de la batalla, cogieron todo tipo de utensilios caseros y salieron en su ayuda. Con los primeros rayos de sol de la mañana que se reflejaban en los tocados y utensilios de las mujeres, hizo creer al ejército moro que era un ejército de Carlomagno que venía en ayuda del ejército cristiano, esto unido a que las aguas del río Aragón bajaban rojizas como si del desastre de la batalla se tratara les entró el pánico y comenzó la retirada. En la huida se encontraron entre los muertos los cuatro régulos moros cuyas cabezas se portaron en picas a la ciudad en señal de victoria y que hoy en día son símbolos en el escudo de la ciudad.

La figura central de la fiesta es el conde Aznar Galíndez, un noble visigodo que gobernó los valles de Hecho y Canfranc con el reconocimiento de Carlomagno. Tuvo que poner a prueba su capacidad de gobernante para lograr defender la codiciada plaza de Jaca. Su mayor logro fue que los jacetanos le secundaran en la batalla ante el moro invasor.

Jaca conmemora la gesta de sus antepasados desde hace varios siglos. En el siglo X en agradecimiento a la Virgen María por su intersección en la batalla, se levantó una Ermita en las afueras de Jaca, en el lugar donde supuestamente se libró la batalla, denominado  “Mocorones”, por lo que esta ermita pasó a llamarse de la Victoria o de Mocorones.

La fiesta comienza a primera hora de la mañana con un desfile por el casco antiguo de la ciudad, manteniéndose puro como antiguamente por dentro de la Jaca amurallada encabezado por el Conde Aznar acompañado por su Cortejo y sus huestes, seguidos de las escuadras de la Caballería, Cortejo Histórico, Labradores/as y Artesanos/as.

Todos ellos con exquisita puntualidad, a las nueve de la mañana rinden honores en la puerta del Ayuntamiento a la bandera de la ciudad, portada por el Síndico, que junto al Cabildo Ayuntamiento y al Cabildo Catedral se unen a la comitiva, para juntos bajar en romería a la ermita de la Victoria. En el trayecto, en el Portal de Baños y en recuerdo de cuando salieron las huestes del Conde Aznar hacia la batalla, las escuadras de Labradores y Artesanos portadores de trabucos, realizan sus primeras descargas para después camino de la ermita hacer una parada en la Residencia de ancianos para mostrar la fiesta a nuestros mayores.

Una vez se llega al Llano de la Victoria donde dice la leyenda que se celebró la batalla y posteriormente se levantó la ermita del mismo nombre, se celebra una misa presidida por el Síndico y el Conde Aznar, en acción de gracias, al finalizar, en los alrededores se realizan los ritos de la bendición de campos, para después entrar en el cementerio donde se realiza un responso por los difuntos ya que nos encontramos en una fiesta de carácter cívico religiosa. Antes de regresar a la ciudad en los aledaños de la ermita todos los asistentes dan cuenta de un suculento almuerzo a base de migas, costillas y embutidos.

Al mediodía se regresa a Jaca para celebrar el desfile de la victoria. Más de mil jacetanos se visten con sus trajes medievales y de época que son los que integran las escuadras que componen las huestes jaquesas: los artesanos, los labradores, el Cortejo Histórico, el Cortejo del Conde, La Caballería. Todos ellos son guiados por el Conde Aznar, el verdadero protagonista de la jornada junto a las mujeres de Jaca. De hecho, la fiesta tiene muy presente a la mujer jacetana porque la tradición asegura que fueron ellas las que al salir en busca de sus maridos causaron la huida despavorida de los ejércitos invasores.

Tras recorrer el casco antiguo de la ciudad, el Cabildo Ayuntamiento se dirige a la Catedral donde les esperan las autoridades religiosas para cantar la “Salve” en acción de gracias. Después de salir al atrio pequeño de la catedral lugar donde se reciben a todas las escuadras, se realizan los primeros saludos de banderas a la bandera de la ciudad, único día que la bandera de la ciudad sale del Ayuntamiento, para posteriormente realizar las primeras salvas de honor por parte de las escuadras de labradores y artesanos.

Seguidamente toda la comitiva se dirige al Ayuntamiento y en el pórtico de la Casa Consistorial de nuevo se realizan los saludos de banderas y salvas de honor. Hacia las dos de la tarde la Banda Municipal de Música Santa Orosia interpreta el himno del Primer viernes de mayo de Jaca cantado normalmente por más de ocho mil personas y en el que destaca su popular estrofa: “Jaca libre sabe vivir a la sombra del monte Oroel”. Es el momento más emotivo de todo el año.